“Un turismo inteligente – proponía
Manuel Gausa – debería construir nuevos modelos capaces de reestructurar lo
existente, de investigar lo nuevo y de proteger lo valioso. Es decir, de
Reciclar viejas estructuras, de inventar nuevas tipologías y de valorar posibles
activos (patrimoniales y paisajísticos,
sociales y culturales)”.
Tomado del Editorial de Arquine
No. 69 de Miquel Adriá.
Hace días que traigo un tema
rondando por mi cabeza, sobre una noticia que llamo la atención de los
veracruzanos y que se vio reflejado en
los medios de comunicación locales con cierto interés, y que justo con la
lectura del más reciente número de la revista Arquine, en su editorial, me dio
la pauta a seguir para organizar mi comentario.
La noticia a la que me refiero es
el anuncio de la demolición del tradicional Hotel Villa del Mar para construir en este solar una nueva plaza comercial,
según información del periódico Imagen del Golfo con fecha del 20 de agosto de
20141, se construirá un edificio de usos mixtos que incluirán en una
torre de 13 niveles un centro comercial, oficinas y hotel de negocios.
Otra situación similar fue la del
histórico Hotel Mocambo en el
municipio de Boca del Río, el cual vendió una parte de su edificio original de
1932 (el ala Oeste) para dar espacio a nuevos inversionistas que después de la
demolición efectuada en febrero del año 2011, construyeron también una plaza
comercial llamada Plaza Vela, y que, cabe señalar que el edifico original queda
“escondido” detrás de esta nueva plaza y de la agencia de autos vecina, lo que le resta el protagonismo que
tuvo por más de setenta años.
El tercer caso es el del Hotel Emporio, remodelado en el 2010,
fecha en la que el entonces gobernador Fidel Herrera reinauguró. Este edificio
de más de 220 habitaciones fue remodelado por medio de una inversión de más de
veinticinco millones de dólares, de los inversionistas grupo Diestra 3 Este inmueble prácticamente se volvió a
construir, ya que en un primer intento de remodelación la estructura estaba muy
dañada y en riesgo de colapsarse, por lo que detuvieron esos trabajos y se modifico el plan inicial
para que en un segundo intento ir
rehaciendo nivel por nivel, para después dotar de nuevos acabados y mobiliario,
con proyecto de interiorismo de Hector Esrawe quien logra un resultado muy
bueno. (Esto último me lo comento en visita a Veracruz el Arq. Marco Coello de
C-Cubica) Este Hotel se ubica en el Malecón de Veracruz, en un punto medular
para la cultura jarocha, convive con dos edificios muy importantes: el Faro Venustiano
Carranza, de características eclécticas afrancesadas que debe ser de principios
del S.XX y el otro es la Torre de Pemex antes Banco de México, obra del Arq.
Carlos Lazo de mediados del mismo siglo, sin duda de lo más emblemático que
tenemos en Veracruz, donde se recibe a los barcos cargueros y uno que otro
crucero con turistas.
La cuestión es ¿Por qué los residentes con más arraigo en la
ciudad y puerto de Veracruz se sienten ofendidos cuando un bien privado
sufre modificaciones o de plano deja de
existir? ¿Acaso no tiene el derecho el o los propietarios para hacer con su
patrimonio lo que ellos deseen?
En esta última pregunta que me hago puede estar una
respuesta implícita, puesto que se
menciona el término patrimonio, esto
es que, aunque el bien inmueble pertenece a alguien en particular, la población
lo adopta, por diversas razones, pero lo acoge sin duda. Por ello se siente
lastimada cuando le hacen algo a SU edificio, porque desde que nació ha estado
ahí, o porque ahí fue la luna de miel de sus padres, o porque a menudo iba a
desayunar a este sitio y le recuerda los momentos agradables que vivió (aunque
algunos ejemplos de patrimonio también se han conservado y no son memorias
agradables, como los campos de concentración nazi, que están ahí para recordarnos
algo que no se debe repetir) por alguna razón especial o no, pero se apropia de
él, es su ciudad, su barrio, su calle, su edificio, su parque , etc.
Como cito en el primer párrafo
introductorio:
“Es decir, de Reciclar viejas estructuras, de inventar nuevas
tipologías y de valorar posibles activos (patrimoniales y paisajísticos, sociales y culturales)”.
Estos tres casos recientes de
modificaciones en la historia de la ciudad y por ende del urbanismo y de la
arquitectura encajan en esta descripción, el Hotel Emporio renueva su viejo programa y estructura y retoma bríos
para enfrentar el nuevo siglo, el Mocambo
pierde una extremidad pero sigue
luchando por mantenerse con vida, digamos que se gangrenó y la única forma de
salvarle la vida fue extirparle el miembro afectado y el Hotel Villa del Mar, dejara de existir, dando paso a nuevas
tipologías combinadas, reflejo de la arquitectura del s. XX, no quiero decir
XXI porque estos casos en la arquitectura mundial se presentan al menos desde
1970, pero a Veracruz el posmoderno le llego tarde.
Las asociaciones en pro del patrimonio arquitectónico moderno tienen
mucho trabajo y están muy limitadas, se quedan más bien en buenas intenciones
que en actos concretos, porque no tienen poder político, social y mucho menos
legal.
Para concluir quiero destacar que
no mencioné si tienen o no valor estético, y/o estilístico, estas obras,
simplemente el valor histórico opaca e impacta en los otros.
Habrá que ver que solución fue la
afortunada en seguir con vida, me parece que el Hotel Emporio tiene todo para sobrevivir, respetó su historia y la
de los veracruzanos, sigue siendo un hito en la cultura veracruzana, pero ahora
resurge con fuerza renovada
Mtro Andres A.Rodriguez Lopez
10 oct. 14